Para disfrutar de una ciudad como
ésta alojarse en un hotel centro de
Sevilla es prácticamente fundamental. Por la necesidad de andar por sus
calles y porque el centro histórico de la ciudad ofrece al turista y al no
turista la sensación de estar en una ciudad milenaria con grandes historias que
descubrir. Sevilla es su gente, su gracia, su gazpacho y su arte por cada
rincón. Pasear por la orilla del Guadalquivir y sentarse bajo el puente de
Triana. Tomar unas tapas en el mercado de San Miguel. Descubrir la muralla del
barrio de la Macarena que aguardaba la ciudad en épocas del medievo.
Pasear por las callejuelas del
Barrio Santa Cruz. Calles estrechas y laberínticas para llegar a la plaza de
Doña Elvira. Los jardines de Murillo, el parque María Luisa y la Plaza de
España son lugares que te asombraran. Vive un espectáculo flamenco en vivo en
un bar del barrio Santa Cruz improvisado por los comensales o disfruta del espectáculo
de muchos lugares. No te puedes olvidar de la Catedral, la tercera más grande
de Europa y su Giralda. Desde lo alto podrás descubrir que la plaza de toros es
ovalada. Un hotel barrio de Santa Cruz
es uno de los pequeños placeres que te podrás permitir una vez que vengas a
esta ciudad. Por su encanto y por su ubicación.