La Catedral de Sevilla

La Plaza de España, la Torre del Oro o los Reales Alcázares son tres de los monumentos imprescindibles que tiene que conocer todo viajero que llega por primera vez a Sevilla. Pero a ellos debe sumar también la Catedral. 

Y es que este templo tiene el privilegio de ser el más extenso de estilo gótico que se conserva en todo el mundo. Todo ello sin olvidar que se construyó sobre una antigua mezquita y que está catalogado como Patrimonio de la Humanidad.

A un paso tendrá esta Catedral el turista que se aloje en un hotel en el centro de Sevilla pues aquella está situada en plena Avenida de la Constitución, estableciendo así una rúa de una belleza absolutamente innegable. Por eso, nada mejor que guiar los pasos hasta este monumento del que además merecen conocerse estos otros datos: 

• Comenzó a erigirse en el año 1401 y no sería hasta un siglo después cuando se finalizaría.

• La piedra y la roca caliza fosilífera son dos de los principales materiales empleados para ponerlo en pie.

• De la antigua mezquita sobre la que se levantó ha conservado tanto el Patio de los Naranjos como el alminar, que dio forma a la Giralda. Esta ejerce como campanario de la Catedral, dispone de tres cuerpos pertenecientes a etapas diferentes, cuenta con una altura de 98,5 metros y está coronada con la estatua en bronce del conocido como Giraldillo. 

• Quien se aloje en un hotel con encanto en Sevilla y desee descubrir también los encantos de este templo debe entrar en su interior para poder admirar las tumbas de importantes personajes históricos como Cristóbal Colón, Alfonso X el Sabio o Fernando III el Santo. 

• El coro, la Iglesia del Sagrario, sus fachadas y las Capillas de los Alabastros son otros de los rincones más hermosos de la Catedral de Sevilla.