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jueves, 10 de julio de 2025

La historia de la ensaladilla: de la aristocracia rusa al tapeo español



Pocas recetas tienen una historia tan viajera y transformadora como la ensaladilla. Aunque hoy en día se asocia con bares, terrazas y veranos españoles, su origen nos lleva mucho más lejos… y más al norte.

Orígenes rusos de una receta universal

La primera versión documentada de lo que hoy conocemos como ensaladilla surgió en Moscú a mediados del siglo XIX, en el lujoso restaurante Hermitage del chef Lucien Olivier. Esta receta ensaladilla original llevaba ingredientes sofisticados: carne de caza, lengua de vaca, caviar, pepinillos, huevo duro y una salsa secreta que, más tarde, se sabría que era una forma primitiva de mayonesa ensaladilla enriquecida con mostaza y especias.

El plato ganó fama entre la élite zarista, y pronto su preparación se popularizó en otros países europeos, aunque con adaptaciones menos suntuosas.

De Rusia a España: adaptación al gusto mediterráneo

Durante el siglo XX, la ensaladilla rusa llegó a España y se transformó radicalmente. Se sustituyeron los ingredientes nobles por otros más asequibles y locales: patata cocida, zanahoria, guisantes, atún o pollo desmigado y huevo duro. La clave del sabor seguía siendo la mayonesa ensaladilla, que pasaba a ser protagonista indiscutible.

Cada región aportó su toque. En Andalucía, por ejemplo, no es raro encontrarla con gambas o melva. En el norte, el encurtido o el pimiento morrón pueden hacer acto de presencia.

Un clásico de la gastronomía española

Hoy, la ensaladilla no solo es parte del recetario familiar; es un símbolo del tapeo y una forma de medir la calidad de un bar. La receta ensaladilla ha evolucionado con versiones gourmet, veganas o con aliños innovadores, pero siempre con un núcleo reconocible: cremosidad, sabor y tradición.